LA SEMANA SANTA, ¿RECOGIMIENTO O JOLGORIO?
Como cada año en el calendario de la Iglesia cristiana, llega el momento de mayor devoción y fervor, es la celebración de la pasión, muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo, un tiempo de recogimiento, reflexión, oración y gozo al mismo tiempo, pues todo cristiano sufre al ver la agonía por la que tiene que pasar nuestro redentor para luego salvar la muerte en su apoteosis resurrección de entre los muertos.
Dios Padre nos envía a su único hijo, Jesucristo, lo hace hombre a imagen y semejanza del resto de su pueblo, lo llena de sabiduría y nos enseña a orar, a tener Fe y confiar en los designios del altísimo, pero al mismo tiempo nos muestra que su bondad y misericordia es infinita, y hace sufrir con dolor a su hijo con el fin de salvar a su pueblo del pecado, que grandioso gesto, sin pedirnos nada a cambio, hace que su hijo sufra, padezca y sea crucificado, “Padre si puedes aparta de mi este cáliz, pero que se cumpla tu voluntad, expirando a continuación”, que momento más intenso, donde se rasgan los cielos de furia y rabia contenida, pero al mismo tiempo se cumple la promesa de Dios hacia su pueblo.
Todo este trance de sufrimiento, dolor y gozo entremezclado, hace que los cristianos celebren con ahínco su celebración, que participen del misterio de dolor y del gozo por la salvacion, y lleven a cabo su estación de penitencia de un modo sobrio, intenso en su interior durante la semana que dura la entrada triunfal en la ciudad santa, su lección magistral en la Ultima Cena del Señor, su posterior juicio a manos del hombre, su muerte despiadada y salir airoso del encuentro con la muerte, ascendiendo a los cielos para desde allí, estar en todo momento con su pueblo.
Hasta aquí todo seria perfecto, seria un recogimiento, pero el hombre por su naturaleza tiene la facilidad de poder dar giros a la costumbre, de llevarla a su terreno más placentero y surge el momento pletórico del jubilo desmedido, del jolgorio, es decir, de celebrar a su modo ese misterio divino, convirtiéndolo en algo mundano, profano, su propia celebración de la pasión, muerte y resurrección, que lo hace a modo de diversión, de festejar su tiempo de ocio, asueto y vacaciones como liberación de sus ataduras diarias.
Desde luego todo es muy respetado, pues las tradiciones y costumbres que marcan nuestro día a día, así lo permiten y consienten, pero aquí nace la disyuntiva, es la Semana Santa ¿ un tiempo de recogimiento o un tiempo de jolgorio?, pues podríamos decir que ambas son validas, pero cada una a su modo y desde luego antagónicas en su significado y proceder, mientras los fieles con devoción celebran la festividad de un modo mas penitencial, con mayor énfasis en su Fe, el resto lo hace como consecuencia de es celebración, es decir, festejan los mismo pero mas tirando hacia el jolgorio vacacional.
De un modo u oro, cada uno es libre en su interpretación y forma de vivir el misterio de Dios, su paso por esta vida terrenal, y si que tenemos claro que todo Cabalero o Dama Templario/a lo hace con Fe, devoción, fervor y participando con gozo interior de cuanto nos brinda la oportunidad de estar al lado de Dios Padre, y que nos infunde un espíritu de sacrificio, de lucha y de repeler la tentación del pecado, pero sabiendo que siempre encontramos la misericordia y bondad del altísimo que nos recibe una y otra vez, porque es infinito el amor que este tiene para con sus hijos, celebren su dolor de uno u otro modo.
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