La Liturgia, la celebración del misterio de Dios

Escrito por José Tomas 

Dios en su infinita bondad nos ha otorgado sabiduría, fortaleza y sobre todo la Fe para poder formar parte de sus elegidos, y nos ofrece la Liturgia como la actividad por la cual podemos estar en perfecta comunión con ÉL y rememorar el legado magnifico que nos mostró dejando que su propio hijo, Jesus, se hiciese hombre, viviese entre nosotros, nos enseñara, y fuese crucificado para conseguir redimir todos cuantos pecados cometimos.

Pues a través de la liturgia tenemos una extraordinaria oportunidad de dar gracias a Dios Padre, de estar a su lado y de orar de manera intima, en definitiva de poder seguirle con la devoción y Fe que nos profesa a cada instante, nos enseña a orar y nos dirige con su voluntad a ofrecer aquellos sacrificios que algún día nos hagan alcanzar la plenitud y ser miembro de su séquito celestial.

¿Como nos da Dios la Liturgia?, bien, por medio de la Liturgia ante todo conseguirnos reunirnos ante el altar para celebrar la festividad de darle gracias, de escuchar su palabra, de sentirnos fortalecidos con sus enseñanzas, al mismo tiempo pedimos perdón por nuestros pecados y nos hacemos participes de su cuerpo y sangre, por ello instaura en nuestras vidas la Eucaristía y todos aquellos ritos que celebramos en nuestra vida cristiana.

Sin darnos cuenta, cada vez que participamos en los ritos de la Iglesia, lo hacemos con la Liturgia (cuando comulgamos, cuando escuchamos las lecturas y evangelio, cuando procesionamos, cuando nos bautizamos, cuando nos casamos, etc), absolutamente todo tiene que ver con la Liturgia, y claro está, todo lleva una preparación, una disposición de todos los elementos necesarios, y desde luego en la medida de nuestras posibilidades, debemos de compartir esas tareas, que desde luego nos harán enriquecernos en nuestro interior.

Para cada uno de nosotros debe de ser un gran gozo el poder manifestar la palabra de Dios, el ayudar a nuestros Sacerdotes en los diferentes ritos de la Eucaristía, en formar parte de los grupos catecúmenos, corales, etc, todo ello nos reconforta y nos hace estar a bien con Dios Padre y con el resto de hermanos que conforman como nosotros, la Parroquia, la Iglesia, el Cristianismo.

Como experiencia personal, puedo decir que la paz, el sosiego y la caridad que se siente cuando estas preparando la Liturgia, es algo indescriptible, te sientes profundamente al lado de Dios, le pides que te ilumine en tus quehaceres y recibes un intimo fortalecimiento del alma, una relajación de saber que le has servido y que como siempre, has recibido su gesto piadoso y de misericordia.

Habrán quienes piensan que eso es de ser un beato, un meapilas, etc, bueno, quizás esas personas no son capaces o mucho mas aun, no se atreven a participar en la Liturgia, en sentirse revestidos de una magnifica comunión con Dios Padre, y sobre todo, nosotros debemos de ser capaces de transmitir esa sensación, pues así estaremos convencidos de que nuestra Fe es profunda y que somos capaces de iluminar el camino de otros que en cierto modo también lo desean pero por circunstancias, no son capaces de lograrlo.

Seamos pues, capaces de integrarnos en la Liturgia, en comprender su excelente necesidad de emplearla, de se participes de ella tratando de colaborar en su preparación, en su difusión al resto de miembros de nuestra comunidad y a todos aquellos en general, y seamos conscientes de que cada vez que leemos las sagradas escrituras, comulgamos o tratamos de enseñar a los demás, estamos haciéndolo por medio de la Liturgia, y una ultima reflexión, no creamos que la misma es solo aquello que vemos cuando los presbíteros o acólitos se revisten para las ceremonias, eso es una parte testimonial, la verdadera Liturgia es el conjunto de todo y nosotros formamos parte de ella.


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